Introducción
Las
transformaciones que se han presentado en el quehacer educativo obedecen a las necesidades de las comunidades
educativas, a los cambios de los planes y programas de estudio, los cuales hoy
en día requieren nuevos saberes para
afrontar los cambios del siglo XXI.
El
término de evaluación surge a partir del proceso de industrialización que se presenta en los Estados Unidos a
principios del siglo XX, con Henry
Fayol, que utilizo términos como
planeación, ejecución y evaluación.
La
evaluación es una actividad compleja ya
que radica sustancialmente en el hecho de que se debe abarcar toda la personalidad del educando, “conocimientos,
actitudes, aptitudes, hábitos, valores y habilidades”.
Sin
evaluación no se podría vislumbrar los alcances y limitaciones que
surgen en el ámbito académico.
La
evaluación no es simplemente una cuantificación de conocimientos aprendidos para
determinar la calificación, sino una
serie de aspectos cualitativos que le permitan al docente tener más
elementos para que se determine la eficiencia
del grado de aprovechamiento en
un curso.
EVALUACIÓN
DE LOS PROCESOS EDUCATIVOS
La evacuación
ha sido un tema controvertido puesto que
se ha discutido en infinidad de veces.
Se han elaborado diferentes métodos que han servido para medir el grado
de conocimiento y dominio de los contenidos por parte de los alumnos.
A
partir de la década de los treinta se puede decir que han surgido épocas en las que se le da gran importancia a
la evaluación, dentro de la primera época se encuentra la Tyleriana, este
método buscaba determinar el grado de
éxito, se pone a métodos indirectos y que miden la calidad de la
enseñanza, la siguiente época es la de
la Inocencia, en esta época se toma como evaluación a los tests, la tercer
época es la del Realismo que surge a
finales de los cincuenta y principios de los sesenta, en donde se crearon
proyectos de evaluación a gran escala, la época del profesionalismo ya que en los Estados Unidos emerge el campo de la evaluación como campo profesional.
Han
surgido épocas que han puesto de manifiesto a la evaluación, cada una por su
parte se ha encargado de evaluar cada componente del desempaño educativo dentro
del quehacer de los docentes, pero realmente la evaluación como tal surge a partir del siglo XIX y
principios del siglo XX.
La
evaluación es entendida como un
proceso complejo que abarca
al docente, sus estrategias, pero
tiene el sentido de conocer al alumno, a los modos como procede a aprender; es
un procedimiento inherente y continúo al
quehacer educativo que cuya función
esencial es recabar la
información sobre la calidad y la pertinencia de los logros obtenidos en todos y cada uno
de los aspectos que componen el proceso educativo, esto con el fin de orientar y favorecer el aprendizaje del
alumno.
De
los tipos de evaluaciones encontramos a la evaluación diagnostica, formativa y
sumativa, la primera tiene el propósito de rescatar los conocimientos previos
de los alumnos en cuanto a los contenidos adquiridos de un tema o del ciclo anterior, la formativa se va
dando e el transcurso del periodo de estudio, en cada una de las actividades
que se implementan dentro del aula de trabajo, como resultado el docente es quien observa si el alumno va adquiriendo
los conocimientos, habilidades y las aptitudes para hacer frente a las
cuestiones que se les van presentando en la vida cotidiana y por ultimo se
encuentra la evaluación sumativa, en esta se encuentra dos tipos de resultados
uno de ellos puede ser aprobado o reprobado.
Es
preciso que antes de evaluar nos hagamos estas tres preguntas fundamentales en
el quehacer educativo: ¿Qué se evalúa?, ¿Cómo evaluar? Y ¿Cuándo evaluar?
A partir de estas tres preguntas se debe dar
inicio a la actividad de la evaluación ya que en ella se debe evaluar los
conocimientos adquiridos, las habilidades de los alumnos y por qué no, las dificultades
que son tan importantes como cualquier conocimiento.
Dentro
del cómo evaluar se debe hacer uso no solo de las pruebas estandarizadas sino
de todos y cada uno de los instrumentos
y técnicas de evaluación que se encuentren a nuestro alcance, ya que cada una
de los instrumentos nos proporcionan diferentes tipos de información que se
puede tomar como base del desempeño del alumno; y por ultimo la pregunta de
cuándo evaluar, considero que se evalúa antes, durante y después, ya de de los
resultados se plantea la retroalimentación que favorecerá a la comprensión de
los contenidos por parte de los alumnos.
Es preciso que se consideren aspectos
importantes en la evaluación como lo son: los desempeños de los alumnos, las
características de de a pluralidad, las
necesidades, los intereses, los estilos de aprendizajes, los ritmos con los que
cada uno prende.
Se
debe considerar dentro de l evaluación que los resultados sirvan para el
mejoramiento del aprendizaje y se debe fortalecer cada una de las habilidades y
destrezas de los alumnos.
En
pleno siglo XXI los docentes que estamos frente a grupo debemos reconocer cada
una de las partes de las que se conforma la evaluación, considero que no solo
se debe evaluar el curriculum formal, sino que también se debe evaluar el
oculto, puesto que de aquí también se
toman aspectos tan importantes que ayudan al desempeño de cada uno de los
educandos.
Como
punto importante hay que rescatar partes del acuerdo 648 en las que se dan las
pautas a los docentes para que en el
proceso de evaluación y acreditación de
los alumnos se tome en cuenta los
conocimientos, las habilidades, las destrezas y, en general, del logro de los
propósitos establecidos en los planes y programas de estudio, pero no hay que
olvidar que en este proceso se debe involucrar
también a los padres de familia, para que tomen parte del quehacer
educativo que consta de tres ámbitos, mejor conocidos como: alumno, docente y
padre de familia.
Como
docente creo que el tema de la evaluación
es tan importante, se debe tomar tan enserio y con compromiso para
que se hagan cambios que favorezcan el desempeño escolar y que se cumplan el
perfil de egreso de los alumnos en cualquier tipo de educación, ya se básica,
media superior y superior, puesto que
del logro del perfil de los alumnos serán competitivos en el mundo laboral en el que estamos expuestos.
Hay
que ver a la evaluación como una herramienta que permite conocer logros y
dificultades en los alumnos, como propuesta de mejora al trabajo educativo y
dejar de verla como tarea que solo aporta un valor cuantitativo, creo se debe
rescatar los aspectos cuantitativos que también de aquí se encamina para llegar a la mejora de los
contenidos estipulados en los planes y
programas de estudio.
Las
actuales reformas educativas exigen que los docentes estén cada día más
preparados para brindar el apoyo
necesario a cada uno de los alumnos y hacer que la educación tome nuevos rumbos
para los cambios eminentes que se presentan en la actualidad.
Las
escuelas del hoy requieren de maestros
comprometidos con el quehacer educativo y con los alumnos propios quienes son
los que necesitan de la preparación y actualización para hacer de esta tarea y
de la evaluación un trabajo que brinde buenos resultados para la consecución de
los objetivos de los planes y programas de estudio.
Conclusión
Cabe
destacar que la evaluación dentro de los
centros escolares debe ser vista como un
procedimientos continuo e inherente al quehacer educativo que cuya función esencial es recabar la información sobre la calidad
y la pertinencia de los logros
obtenidos en todos y cada uno de los aspectos que componen el proceso
educativo, con el fin de orientar y
favorecer el aprendizaje del alumno.
Evaluar tiene el sentido de conocer al alumno, a los modos como procede a
aprender, pero esto siempre ligado a dos cuestiones ineludibles de vida del alumno y las acciones del docente.
La
evaluación no debe ser vista ni
utilizada como una herramienta que sirva
para mantener el orden, como elemento de sanción o para hacer sentir al
grupo de educandos la autoridad del
docente. Con los resultados de la evaluación
pueden tomarse decisiones
tendientes a mejorar o aumentar la eficacia
de los procedimientos educativos.
Se
habla todo acerca de la evaluación y quizá nos suene maravilloso, pero cuantos
docentes estamos realmente comprometidos
con nuestra labor educativa y que de ese compromiso debemos dar un giro para que la evaluación
para que sea vista como lo expuesto
anteriormente.
Se requiere de docentes comprometidos, que
hagan uso de esta herramienta y que de los resultados obtenidos se tomen
decisiones para lograr cumplir el perfil de egreso de los alumnos.
Bibliografía:
LARA
Pérez Ranulfo.
Prácticas de Evaluación del Aprendizaje en EPJA. Colegio
Estatal de Educación para los Adultos. Pág. (339).
JIMENEZ Vázquez Socorro.
Evaluación de los Procesos Educativos. Centro de Investigación y Estudios
Avanzados de Veracruz. Pág. (147).
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